Empezamos por el salón que vemos a la entrada y que pueden observar bajo estas líneas. El hall se abre a un salón que consta básicamente de una zona de tertulia delimitada por varios sillones y sofás. Me gusta el ventanal que vemos al frente y que ocupa dos plantas, sobre las que se asoma una baranda desde la que se atisba el piso superior. El estilo es bastante sobrio aunque los muebles son muy señoriales, con el sofá de cuero y la gran lámpara de cristales que hay en el techo.
Me gusta el uso del suelo de madera, en esta ocasión sin alfombras, que hemos visto tantas veces en otras casas. Yo este salón lo veo para hacer grandes fiestas una vez retirados los muebles.
Sobre estas líneas, tenemos el comedor de David Hasselhoff, formado por una gran mesa rodeada de recias sillas. De nuevo, cabría destacar la sobriedad de esta estancia. La lámpara del techo es como la que podríamos tener cualquiera de nosotros en nuestra casa, así como los apliques (que en este caso no me gustan ni un pelo).
La cocina es una de las estancias que más me gustan de esta mansión. Es muy amplia, con los suelos de terracota, y tiene una isla central donde elaborar la comida. Está separada del segundo comedor con una barra americana y tiene los muebles de madera clara, que, si bien no son la última moda, a mí me gustan un montón. Un detalle que veis aquí y que vais a ver en el resto de la casa es que no hay lámparas, los focos están incrustados en el techo. Esta solución para iluminar la casa no me acaba de convencer ya que no permite matizar la luz y hace que los espacios sean demasiado uniformes.
El dormitorio del ex vigilante de la playa continúa con el estilo marcado en el resto de la casa. En esta ocasión, los suelos son oscuros pero la verdad es que no vemos muchos más adornos. Una vez más, vemos el ventanal al que se abre la habitación, que consta de una cama, dos mesillas y un rinconcito de tertulia en tonos oscuros.