Por tanto tenemos que tender a buscar colores los más claros posibles, que siempre podremos romper con alguna nota de color, como el amarillo, muy recomendado para habitaciones con poca luz natural, el naranja o el verde lima.
El blanco es sin duda la mejor solución, que ademas de ser un color que da luminosidad a los espacios, nos transmite limpieza, algo fundamental en la cocina.
También es importante la combinación color-iluminación. Cuanto más luminosa sea nuestra cocina, más grande nos parecerá. Pero como no siempre disponemos de una buena iluminación natural, si tenemos que optar por luz artificial, intentaremos que esta sea lo más blanca posible. Las luces tenues, si bien dan más calidez, también crean sombras que no nos favorecerán.
En cuanto a materiales y acabados deberemos buscar muebles en colores claros y materiales limpios, como las encimeras de cuarzo compacto, y cuando digo limpio me refiero tanto estéticamente (es decir, sin mucha decoración ni mucho ornamento) como funcionalmente.
Si estamos ante un verdadero problema de espacio, no es mala idea optar por el vidrio en algunas partes y muebles de la cocina, para ganar esa sensación espacial que nos falta.
Si aun así, queremos dar a la cocina un toque algo más cálido, podemos hacerlo introduciendo la madera clara, en el suelo por ejemplo, que nos dará una combinación muy interesante.
Por tanto y como resumen podemos decir que para dar sensación de amplitud en una cocina pequeña debemos:
- Irnos a colores de tonos claros, preferiblemente el blanco, que podemos combinar con algún color que de un punto distinto a la cocina como el amarillo, el naranja o el verde lima.
- En caso de no disponer de buena iluminación natural buscaremos una iluminación intensa, lo más blanca posible.
- Materiales que den sensación de limpieza, como el cuarzo compacto para las encimeras.
- Acabados sin mucho ornamento, fácilmente limpiables y que den sencillez al ambiente.